viernes, 26 de abril de 2013

¿Por qué nos sentimos infelices o intranquilos cuando no tenemos razón para ello?

A veces sí tenemos razones, muere un ser querido, nos despiden, nos separamos. Pero otras veces las cosas nos van razonablemente bien, o muy bien, pero nosotros vivimos con una sensación general de nerviosismo o de tristeza.

En ocasiones nos pasa algo negativo, creemos racionalmente que lo hemos superado, pero poco tiempo después nos duele el estómago, tenemos jaquecas, tenemos arranques de furia o la gente te empieza a comentar que te ve raro. Te cuesta trabajo concentrarte en las cosas y no te apetece tanto hacer lo que siempre te ha gustado.


La razón es la siguiente: pensamos unas cosas (normalmente coherentes, aceptables, lógicas) y sentimos otras.

Mi experiencia indica que la mayor parte de nosotros no somos conscientes de nuestros sentimientos reales respecto a nuestra vida. Se quedan ignorados, sin resolver, pero no desaparecen, se quedan ahí, borboteando, gastando energía, buscando la manera de hacerse ver.

Que están ahí, seguro, que nos afectan, seguro (si no, seríamos tan felices como deberíamos), pero entonces, ¿por qué no los percibimos? ¿Cómo saber exactamente cuáles son?

Lo mejor para ver esto claro, sería poner un buen ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario